John Stott llevó a cabo un estudio exhaustivo del pasaje de Mateo 19:4-5, con el objetivo de abordar la complejidad del matrimonio como un vínculo divino. Enfatizó que, aunque el divorcio es una opción, la prioridad siempre debe ser la reconciliación en lugar de la ruptura, tal como nos enseñó Jesús en su evangelio.