Mucha de nuestra educación sentimental se ha dado en campamentos. Cuando nace el escultismo en 1907 con Baden-Powell, ir a un campamento era todavía dormir en tiendas de campaña, pero no fue así por mucho tiempo. Ya en los años 30 muchos de los campamentos para escolares eran en colegios privados. Igualmente la disciplina paramilitar tiende a desaparecer rápidamente tras la Primera Guerra Mundial, aunque algo de la terminología quedó en algunas organizaciones hasta casi los años 80 del pasado siglo.
La conversión de John Stott al cristianismo evangélico, no fue en un campamento, pero si en relación con la visita a su escuela de un representante de la Unión Bíblica que se dedicaba fundamentalmente a organizar campamentos. La visión de Bash era alcanzar con el Evangelio las elitistas escuelas privadas, conocidas como públicas en Gran Bretaña. Para ello alquilaba colegios a donde invitaba a estos escolares, para campamentos en Navidad, Pascua y verano, a los que Stott asistió durante años, pero que acabó también organizando, al convertirse en “el brazo derecho” de Bash, mientras estudiaba en la universidad de Cambridge.