El dinero tiene tal poder de seducción para nosotros, que creemos que podemos servir a Dios, al mismo tiempo que a las riquezas. El dilema que plantea la historia del joven rico en el Evangelio según Marcos (10:16-38) es cómo el dinero puede ser un ídolo para nosotros y ni siquiera darnos cuenta. Lo amamos, servimos y adoramos, mientras creemos que somos buenos y cumplimos con la ley divina.
«Dinero, dinero / En mi cabeza constante estás», dice en 1982, la canción del grupo de rock madrileño pesado como el Obús. Antes de que se llamara «metal», el sueco Ulf Christiansson nos advierte desde mediados de los 70 con el sonido del rock más duro que «la religión siempre nos fallara». La Buena Noticia de Jesús es, para su grupo Jerusalem, saber que «todo está ya hecho/ no queda más por hacer», sino vivir bajo el «Paraguas» (1994) de «la sombra de Su Gracia». El cantautor tejano Derek Webb nos cuenta la historia de el «Joven dirigente rico» (2005), tras dejar el grupo Caedmon´s Call, cuando estaba todavía casado con Sandra McCracken.
Si hay una serie que ilustra con inusual dureza, el engaño del dinero, esa es «Sucesión» (2018-2023). Creada por el británico Jesse Armstrong para el canal por cable HBO, gira en torno a la sucesión del emporio de medios de comunicación de un trasunto de Rupert Murdoch, encarnado por el veterano actor escocés Brian Cox. Las intrigas de sus hijos dan un aire shakesperiano a las tensiones de una familia dominada por la astuta codicia del personaje de Logan Roy. Sus acelerados diálogos están llenos de expresiones mal sonantes que hemos quitado para comentar con la casi clásica música de la banda sonora de Nicholas Britell.
El músico cristiano Michael Roe se da cuenta con su grupo ochentero de los 77 de todo el mal que ha hecho, sus justificaciones y relaciones rotas, a la luz de «el gran día, la gran división», cuando «los esqueletos caerán del armario» (I Could Laugh 1982). Jesús dice que ninguno que haya perdido lazos familiares por causa de Él, no tendrá «cien veces más en la vida eterna» (Marcos 10:28-31). El grupo cristiano de rock formado en 1972, Petra, hace un extraño intento de música de alabanza a finales de los 80, que suena a «dudúa» de los 50 en los «Amigos» que uno encuentra en «la Familia de Dios». Antes de intentar hacer el salto del «mundillo cristiano» a la música comercial, Amy Grant te invita a unirte a la «Familia» (1980), que va al hogar celestial. Si te parece improbable, ¡recuerda que «lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios» (v. 27)!