Durante los primeros veinte años del régimen de Franco en España, Semana Santa se celebraba con solemnidad, con cierre de comercios y proyección exclusiva de películas religiosas en cines. Una anécdota en Barcelona ilustra este ambiente, donde una foto de señoritas ataviadas tradicionalmente para un reportaje causó un incidente al incluir a una difunta. Paralelamente, el relato de la resurrección de Cristo y otros santos se compara con la anécdota, resaltando la fe en la vida eterna que inspira la celebración de la Semana Santa.