Números (Ruta 66) – José de Segovia

«Hacia una luz más brillante, una tierra prometida, puedes sentir el poder, de la Mano del Maestro», canta Bob Seger. Números comienza y acaba «En el desierto». que es como se llama el libro en hebreo. El desierto es un lugar difícil para sobrevivir. Ante las vicisitudes a las que se enfrenta el pueblo salido de Egipto en el Ëxodo, no salen tan airosos como el Correcaminos de las trampas del coyote. La primera generación de las dos que trata el libro, pierde el rumbo en su camino a la Tierra Prometida.

La Humanidad ha confundido a menudo la Tierra Prometida con algún lugar soleado y luminoso de este mundo, como la California de Chuck Berry o el Mediterraneo de Los Rebeldes. El pueblo de Israel cree de hecho haber llegado a esa tierra con el nuevo Éxodo que se produce tras el Holocausto, contado en la novela de Leon Uris, llevada al cine por Otto Preminger en 1960 con el tema del cantante evangélico Pat Boone. En este paso por la Ruta 66 con José de Segovia parece que estamos frente al Muro de Cielo de la nueva canción de Springsteen, a punto de entrar en la Tierra Prometida, pero como al final de Números, no hemos llegado todavía allí, como en la conclusión de «El Señor de los Anillos». Con el blues espiritual de Josh White, sabemos que no queremos morir en la esclavitud de la tierra de Egipto, ni volver allí, como dice en el disco que hizo con Dylan el fallecido cantante cristiano en un accidente de aviación, Keith Green, pero estamos entre el ya y el todavía no.

La promesa de Números es que Dios promete estar con su pueblo en medio del desierto. Como recuerda la canción de Gerry & The Peacemakers,»No andarán solos», pero como en Las Uvas de la Ira de Steinbeck, llevadas al cine por John Ford, los pobres parecen dejados de la Mano de Dios. La buena noticia, según Números, es el anuncio de un rescate. Podemos ser Salvados, como testifica Dylan tras su experiencia de conversión en 1980, Tras la Caída que nos presenta Ray Davies de los Kinks. La redención es por la Expiación, que no logran los protagonistas de la novela de Ian McEwan llevada al cine. Es como dice Sufjan Stevens, por otro Éxodo del que habla Jesús con Moisés en el monte de la Transfiguración de su canción, la liberación que vendrá por su cruz, pero no alcanzamos plenamente hasta llegar a esa Tierra Prometida, cuando Él vuelva…


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