Mateo 5 ( Sal y Luz ) – Ruta 66 con José de Segovia 

La sal y la luz nos sirven cuando están en relación con aquello que quieres conservar o dar sabor en el caso de la sal, e iluminar la oscuridad por la luz que alumbra en las tinieblas. Guardadas no tienen más uso que el que en el futuro queramos darle. No sirven para nada en el presente. 

Tras la sintonía de Ruta 66 por Nat King Cole, escuchamos a El Lebrijano cantar a «La sal de la tierra». Ya en 1972 el músico flamenco hizo un disco sobre «La palabra de Dios a un gitano», pero en 1982 hace un doble álbum titulado «Ven y sígueme» con el subtítulo de «Un gitano llamado Mateo». Le acompañan Manolo Sanlucar y Rocío Jurado. Las palabras de Jesús inspiran también a los Rolling Stones la última canción del «Banquete del mendigo» (1968). La escribieron Mick Jagger y Keith Richards que toca la guitarra con la técnica del «slide» del blues, sin Brian Jones, pero con el piano de Nicky Hopkins y el coro de góspel de la iglesia de la calle Watts de Los Angeles. Lo oímos en la versión que hicieron para el programa de televisión del «Circo del Rock&Roll» ese mismo año, pero no se emitió hasta 1996.

«La oscuridad en las afueras de la ciudad» (1978) es el cuarto álbum de Bruce Springsteen, un disco lleno de referencias bíblicas. Si el anterior hablaba de la necesidad de escapar (Nacido para correr, 1975), este habla de los que se quedan y la imposibilidad de escapar a nuestra condición. Es la oscuridad que hay en nuestro corazón: «Todos tenemos secretos / algo a lo que no nos podemos enfrentar / Algunos pasan toda su vida intentando ocultarlo / pero lo llevan cada paso que dan».

En 1970 el productor Dick Ross (1918-2009) se cansó de dirigir las predecibles películas de Billy Graham, para llevar el libro “La cruz y el puñal” al cine. La historia de cómo el pastor de las Asambleas de Dios, David Wilkerson (1931-2011) decidió ir a Nueva York en 1958, cuando vio la fotografía en la revista Life de siete adolescentes culpados de asesinato, es un impresionante testimonio de la fuerza de la compasión y el poder del Espíritu Santo. El actor que eligió para dirigirla, Don Murray –protagonista de “La conquista del Planeta de los Simios” y ganador de un Oscar por la película que hizo con Marilyn Monroe, “Bus Stop”– la traslada a finales de los 60. La interpreta el cantante y actor evangélico Pat Boone, que pesar de su aspecto conservador en los 50, era un hombre inquieto, que al fracasar su matrimonio en los 60, por demasiadas fiestas y abuso del alcohol, tiene una experiencia carismática en los años 60, que le lleva a la Iglesia del Evangelio Cuadrangular en los 70. Entonces hace estudios bíblicos en su casa de Beverly Hills con Doris Day, Glenn Ford y hasta Zsa Zsa Gabor. En el casting que llevó a cabo Murray, encontró a Erik Estrada, un joven de origen portorriqueño del Harlem, que a partir de entonces llegó a ser un rostro habitual en el cine y la televisión. Su papel más conocido fue como protagonista de la serie de policías patrulleros de carretera en los años 70, CHiPs. José de Segovia comenta la película con la banda sonora de Ralph Carmichael, el músico cristiano de jazz que hizo los arreglos para las canciones de Nat King Cole.

El cristiano está llamado a ser «luz del mundo». Como dice el líder de The Band, el grupo que acompañó a Bob Dylan durante tantos años, Robbie Robertson, «Debe brillar tu luz» (2004). Aunque es Jesucristo, La Luz del Mundo, como dice Maria McKee en el álbum de presentación de Lone Justice en 1985. Y «Esta luz es para el mundo», nos recuerdan The Waterboys… 


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