Tan importante o más, que saber si Dios existe, es si ha hablado, porque sólo por su Palabra podemos conocerle. ¿Qué encierra si no, el nombre de Dios? La Buena Noticia según Lucas nos muestra cómo podemos confiar en Dios a través de su Palabra. Lo hace por medio de dos historias que en el primer capítulo producen dos cánticos de admiración a Dios. Comenzamos por el último el llamado Benedictus, que hace Zacarías en los versículos 68-79.
El dúo de folk que formaban los músicos judíos Simon y Garfunkel grabaron el «Benedictus» en su primer disco, que se publicó en América en 1964, pero que no apareció en Europa hasta el 68. El «Miércoles por la mañana a las tres de la madrugada» les muestra en la portada en un andén del metro de Nueva York. No es como muchos creen, un gregoriano. Está basado en un motete renacentista de Orlando di Lasso. El compositor galés Karl Jenkins le pone también música para «Una misa por la paz» llamada «El hombre armado», dedicada a las víctimas de Kosovo en la celebración del milenio en el año 2000. Escuchamos primero, una versión instrumental para dos cellos y luego la cantada por la popular soprano neozelandesa Hayley Westenra en el año 2003. La Coalición por el Evangelio encargó a varios músicos de alabanza hacer cánticos sobre el texto del Evangelio según Lucas. El más original fue el de un afroamericano de una iglesia de Vermont llamado David LaChance, sobre el «Cántico de Zacarías», que tiene un curioso sonido de «soul» a lo Motown.
La película «La mujer del obispo» (1947) llamaba la atención en el mundo hispano porque los obispos católicos no se pueden casar, ¡claro! La mucho más larga y blanda versión de 1996 con Whitney Houston y Denzel Washington se titula «La mujer del predicador». La de Henry Koster nos sugiere más el relato de Zacarías por el papel de la intervención angélica que hace un sorprendente Cary Grant, a un obispo en crisis interpretado por otro actor clásico británico, David Niven. Vemos ya una iglesia medio vacía en la posguerra y a la encantadora esposa del obispo, Loretta Young, más cercana de un amigo profesor no creyente, que a las hipócritas señoras que mantienen una religión desprovista ya de todo elemento sobrenatural. José de Segovia la comenta con la banda sonora original de Hugo Friedhofer.
Escuchamos el cántico de María (conocido como «Magnificat en los versículos 46-55) en dos versiones. La del 2001 es de una cantautora de Kansas que se ha hecho australiana. llamada Jennifer Knapp, galardonada con un Grammy. Tras moverse en el reducido ámbito de la llamada «música cristiano contemporánea», provocó un escándalo al declararse lesbiana en 2010. Mucho más convencional es Sarah Masen, una cantautora de Detroit, casada con un escritor evangélico (David Dark) y cuñada de Jon Foreman de Switchfoot. Ella comenzó a grabar en el sello de un músico cristiano alternativo como Charlie Peacock, pasó al poderoso sello religioso Word, pero ahora está de nuevo en el ámbito independiente con su canción «María» de 1999. En nuestra próxima parada veremos en qué consiste el «El Regalo» de Dios, sobre el que nos habla el segundo capítulo de Lucas…