John Stott reflexiona sobre el pasaje bíblico de Mateo 21:37-39, en el cual se relata la historia del dueño de un viñedo que, al enviar a sus sirvientes e hijos a recoger los frutos, es atacado y asesinado por los arrendatarios. En esta reflexión, Stott encuentra una analogía con los fariseos y su conflicto con Jesús, quienes rechazaron y persiguieron al Hijo de Dios, tal como los arrendatarios lo hicieron con los hijos del dueño de la viña.