Ahora que se ha retirado Joan Baez de los escenarios, es un buen momento para echar la vista atrás y recordar los días en que el folklore se convirtió en una forma de protesta. A principios de los años 60 el Greenwich Village de Nueva York se volvió a convertir en un pueblo reducto de escritores, músicos y artistas, que vivían la bohemia parisina en cafés de la Gran Manzana. Es allí donde se encontraron Joanie y Bobby, pero también su hermana Mimi y su trágicamente fallecido esposo, Robert Fariña. Todos jóvenes entonces, buscando su identidad en un mundo cambiante…
El abuelo de Joan, Alberto Báez. era un pastor metodista mexicano. Dejó la iglesia católica y se fue a Estados Unidos cuando el padre de Joan, Albert, tenía dos años. Había nacido en Puebla, pero creció en el barrio neoyorquino de Brooklyn, donde el abuelo ministraba una congregación de habla hispana. Albert también quiso ser pastor, pero acabó estudiando matemáticas y física. Se doctoró en la universidad de Stanford en 1950 y llegó a ser coinventor del microscopio de rayos X.
Ella lleva el nombre de su madre, que tenía el apellido de soltera de Bridges en Escocia, donde nació en la familia de un pastor anglicano de Edimburgo. Por medio de un amigo de su marido, la familia empieza a asistir a reuniones cuáqueras. A Joan le llamaba particularmente la atención un predicador de baja estatura y cuerpo frágil con aspecto de monje, llamado Ira Sandperl.Un día le confiesa que todo eso de la paz está muy bien, pero que no aguanta a su hermana Mimi. Para ella, el sueño se ha acabado. José de Segovia recuerda sus días en el Village de Nueva York…