Hur – El personaje bíblico con Rosa Mariscal

La primera vez que aparece Hur en la Biblia, está ayudando de una manera natural al pueblo de Dios. Y Dios mismo pide a Moisés que escriba ésta historia, porque estamos delante de una lección que debe ser recordada por todos los creyentes. (Exodo 17:8-16)

LA DIFICIL SITUACIÓN DE ISRAEL.- Éxodo 17:8-16 “ Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y Moisés dijo a Josué: Escógenos hombres, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre del collado y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, y peleando contra  Amalec; y Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando el bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón  y Hur  sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así  hubo  en sus manos firmeza  hasta que se puso el sol. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, en un libro y di  a Josué que raeré del todo la memoria de  Amalec de debajo del cielo.

Los amalecitas eran descendientes de Amalec, un nieto de Esaú. Era una tribu nómada feroz que vivía en la región desértica del Mar Muerto. Parte de su sostenimiento se basaba en las frecuentes incursiones a otros poblados, llevándose grandiosos botines. Mataban por placer. Uno de los más grandes insultos en la cultura israelita era llamar a alguien «amigo de Amalec». Cuando los israelitas entraron en la región, los amalecitas vieron una oportunidad perfecta tanto para el placer como para el provecho. Pero esta tribu hostil se estaba acercando al pueblo equivocado, un pueblo guiado por Dios. Para los esclavos israelitas derrotar a tal nación de guerreros era más que una prueba suficiente de que Dios estaba con ellos como les había prometido.

El pueblo de Israel necesitaba confiar y descansar en Dios en todas las circunstancias, así que, el Señor permite que una lucha contra un rival extraordinario sirva de marco de referencia para aprender lo que significa la oración en todo momento en la vida del creyente, y especialmente en los tiempos difíciles. Hasta el día de hoy, sigue siendo una lección que difícilmente practicamos, porque siempre queremos solucionarlo todo a nuestra manera en lugar de mirar hacia arriba y orar a Dios.

Hur aprendió que interceder por el pueblo de Dios era la clave de la victoria. El primer detalle que resalta en la historia es que no encontramos ninguna señal de que el pueblo se cansara de pelear, pero si se cansaba Moisés de orar y extender las manos al cielo. No nos cansamos tanto cuando estamos trabajando para el Señor, empleando todas nuestras energías, como cuando estamos orando. Siempre estamos más dispuestos para trabajar físicamente que para orar, encontramos más fácilmente tiempo para el trabajo que para la oración. Si necesitamos voluntarios para luchar, vamos a encontrar algunos; pero, si pedimos ayuda para orar, quizás nos quedemos solos.

Si quieres que haya un verdadero avivamiento espiritual en tu vida, en la de tu familia, o en la de la Iglesia, busca compañeros de oración, personas que sostengan tus brazos cuando clamas al Señor, hermanos y hermanas  que te puedan ayudar a clamar por el pueblo de Dios. Algo tan sencillo como eso fue lo que hizo Hur. Sostener los brazos de Moisés, ayudar a quien estaba orando; supo que interceder por el pueblo de Dios era la clave de la victoria.

¡Esa era la lección que Dios quiso que quedara escrita en la historia! El pueblo la revivió una y otra vez en el futuro. ¡Cada vez que Dios les dio una victoria fue porque clamaron a El!

LA TRISTE NECEDAD HUMANA.  Mas adelante, la Biblia nos narra el momento en el que Dios llamó a Moisés a subir al monte. En Éxodo 24:12-16:” Y el Señor dijo a Moisés: Sube hasta mí, al monte, y espera allí, y te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instrucción de ellos. Y se levantó Moisés con Josué su ayudante, y subió Moisés al monte de Dios y dijo a los ancianos: esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros. Y he aquí, Aarón y Hur están con vosotros; el que tenga algún asunto legal, acuda a ellos. Entonces subió Moisés al monte, y la nube cubrió el monte. Y la gloria del Señor reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por 6 días….”

Hur quedó con Aarón para ayudar al pueblo en el valle. Debían tener paciencia y esperar los planes que Dios tenía para ellos; era cuestión de unos días  nada más, pero el pueblo no tuvo paciencia.

Éxodo 32:1-6 “Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, la gente se congregó alrededor de Aarón, y le dijeron: Levántate haznos un dios que vaya delante de nosotros; en cuanto a este Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y Aarón les dijo: Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres,, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que tenían en las orejas y los llevaron a Aarón. Y él los tomó de sus manos y les dio forma con buril, e hizo de ellos un becerro de fundición. Entonces dijeron Israel, estos son tus dioses, que te  sacaron de la tierra de Egipto.  Cuando Aarón vio esto, edificó un altar delante del becerro;  y pregonó .Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y el pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a regocijarse”.

A veces, resulta difícil comentar algunas de las historias de la Biblia, porque nos da la impresión de que la tontería del ser humano no tiene límites. Con el paso del tiempo comprendemos que nosotros mismos somos capaces de reaccionar de la misma manera en situaciones parecidas.

Pensemos si es lógico que un pueblo que ha visto una liberación absolutamente milagrosa de sus opresores, además de contemplar cómo el mar se abrió en dos para que pudieran pasar, e incluso veían ¡todos los días!  Cómo una nube los guiaba y un columna de fuego los protegía de noche… Ese mismo pueblo termina siendo capaz de adorar a un becerro de oro ¡que ellos mismos habían hecho!, diciendo que todo se debe al poder del ídolo que ellos acaban de construir

El proceso por el que pasó el pueblo es muy sencillo y se repite una y otra vez a lo largo de la historia ¡hasta el día de hoy!. Cuando no oramos, no confiamos en Dios y cuando no confiamos en Dios, nos  desesperamos. Cuando nos desesperamos, terminamos por creer que Dios nos ha abandonado. Cuando pensamos que Dios nos ha abandonado, somos capaces de cometer las peores locuras. 

Aarón y Hur habían quedado como responsables del pueblo de Israel, encomendados por Dios y por Moisés, (Exodo 24:14) pero Aarón contemporizó con la multitud y él mismo tomó parte en la construcción del becerro que adoraron. 

Muchas personas, creyentes que aman al Señor no son capaces de enfrentarse al pueblo  y se dejan llevar por sus locuras ¡No quieren enfrentamiento! Hur si fue capaz de plantarle cara a todos: la tradición histórica judía enseña que fue asesinado por la multitud al oponerse a la construcción y adoración del becerro de oro. El amigo de Moisés nunca más aparece en la Biblia, ni en la historia de Israel, porque defendió la verdad de Dios y lo pagó con su propia vida.

Jamás olvidemos que Dios recompensa a sus héroes. Enfrentarse al pecado tiene recompensas  eternas. Amar al Señor por encima de todas las cosas nos lleva a bendecir a nuestra familia y los que nos rodean. Aunque Hur no vuelve a aparecer en la historia, Dios le dio a su nieto el privilegio de diseñar el altar de bronce delante del cual todo el pueblo tenía que ofrecer sacrificios de adoración al Señor. Aunque Hur fue asesinado, sus descendientes siguieron amando y orando a Dios de una manera  incondicional. ¡Dios los llamó a su servicio y los señaló delante de todos!

Éxodo 35:30 “Entonces Moisés dijo a los hijos de Israel: Mirad, el Señor ha llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá”. 2ª Crónicas 1:5 “Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur estaba allí delante del tabernáculo de Jehová, al cual fue a consultar Salomón con aquella asamblea”.

Durante cientos de años en la historia de Israel, cuando el pueblo de Dios se acercaba al tabernáculo del Señor, símbolo de su presencia, recordaban que era el nieto de Hur quien había construido el altar. La historia de su familia estaba ligada íntimamente a la misma historia del Dios de Israel. Cuando cualquier niño preguntaba a sus padres quién había hecho aquel altar, ellos le contaban que había sido el nieto de Hur. Y no tenían más remedio que explicarles quien había sido Hur, y cómo se había enfrenta al pecado del pueblo pagándolo con su vida.

Josefo escribió que Hur era el esposo de Míriam, pero la Biblia no dice nada en cuanto a ello. (Antigüedades Judías, libro III, cap. II, sec. 4.)


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