«El más grande rey de Israel, el autor de los Salmos, el rey David, envió a un hombre a morir en batalla, para acostarse con su mujer», observa el actor Robert Duvall. El interprete del consejero del Padrino dijo esta frase al presentar una de la películas más compasivas que se han hecho sobre un predicador caído en desgracia, «Camino al Cielo» (The Apostle, 1997). No hablamos de ella al pasar por la Ruta 66 que nos lleva a Segunda de Samuel, pero nos introducimos ya en las luces y sombras del reinado de David, sobre las que volveremos a pararnos en Crónicas y Salmos…
La muerte de Saul, sobre la que cantan los Cinco Chicos Ciegos de Alabama al empezar el programa, parece tener dos versiones en la Biblia. Explicamos el problema y vemos la importancia que tiene la ciudad de Jerusalén para el reinado de David. ¿Qué mejor ilustración para ello, que la canción de U2, conocida al principio con el título de Jerusalén? José de Segovia la escuchó en directo cuando conoció personalmente al grupo irlandés, antes de que la grabaran en su segundo disco. El libro de Domenique Lapierre y Larry Collins sobre la fundación del estado de Israel en 1948, Oh, Jerusalén (1971) tiene una interesante versión cinematográfica francesa por Elie Chouraqui en 2006.
Es imposible hablar de David, sin pensar en su música, pero menos aún sin recordar el Aleluya de Cohen, que escuchamos esta vez en la voz de Jeff Buckey, el hijo ahogado del cantautor (muerto por sobredosis) Tim Buckley, que sólo pudo hacer este disco antes de su trágica muerte en 1997. La canción tradicional mexicana «Las mañanitas» invoca también al rey David en cada cumpleaños. Mucho más contenido bíblico tiene la Canción de David de uno de las formaciones más importantes de country-gospel desde mediados de los 50, los Hermanos Statler.
Al hablar del pecado de David, usamos como ilustración una de las películas que resulta más ofensiva para el espectador cristiano, como es la última de Kubrick (Eyes Wide Shut), pero que más ve el sexo como tentación en la imaginación de un matrimonio (basada en El Relato Soñado en la Viena de entreguerras por Schnitzler, encarnado por Cruise y Kidman cuando estaban todavía casados). La sonrisa de Betsabé es objeto también de una canción del veterano músico de folk inglés, Richard Thompson. Un tema del tempranamente fallecido hijo del director de cine, Berlanga, para el grupo que formó en la Movida con Alaska y Canut (Dinarama), muestra el sentido de perdición con el que todavía se veía el pecado a principios de los 80.
El conflicto familiar al que lleva el mal de David no hace de Absalón una simple víctima. Es un Rebelde sin causa. Hablamos y escuchamos una escena de la película de Nicholas Ray con el también prontamente fallecido James Dean. De Absalón no sólo habla un título del escritor y guionista del sur de Estados Unidos, Premio Nobel de Literatura, William Faulkner, sino también una canción del grupo de rock alternativo de Nueva York, 10.000 Maniacs. Acabamos el programa con el himno evangélico más conocido, Amazing Grace, que escribió el tratante de esclavos convertido en predicador, John Newton, inspirado en la vida de David. Lo oímos en la voz de la cantante de folk Judy, Collins. Su exaltación de la Gracia nos habla de la esperanza que tenemos por el Hijo de David, Cristo Jesús…