Oppenheimer (1) – Al trasluz con José de Segovia

La enigmática figura del “padre de la bomba atómica”, Oppenheimer, tiene ese carácter extraño e inasible con el que encarna el actor irlandés, Cillian Murphy, todos sus papeles. Rodeado de científicos, militares, políticos, esposas y amantes, su identidad parece que se pierde en un destino trágico, digno del mito al que hace referencia la obra en que está basada la película de Christopher Nolan, “El Prometeo americano”.

Nacido en 1904 en una próspera familia judía de origen prusiano en el ambiente liberal de Nueva York, coleccionista de arte y sin práctica religiosa. Tiene una vida promiscua, pero interesada en la literatura y el misticismo, bastante inconsciente del mundo que le rodea hasta los años 30. Como tantos judíos americanos, Oppenheimer tiene una clara inclinación por la izquierda, aunque nunca llegó a ser miembro del partido, como su esposa. Su tormentosa relación con la psiquiatra judía comunista americana Jean Tatlock, hija de un profesor de literatura de Berkeley, marca la vida de Oppenheimer, que se casa con una estudiante comunista de Berkeley llamada Katherine Puening (Kitty la llamaban y a él, Oppie). Ella se había divorciado ya dos veces y a la pareja que tuvo entre medio, la matan en la guerra civil española 
Cuando Kitty descubre que Oppie mantenía relación con Tatlock hasta su muerte, él aparece conmocionado, pero su esposa le dice en la película: “No puedes cometer un pecado y esperar que los demás tengamos compasión por ti”. El problema que plantea “Oppenheimer” es el dilema mismo del perdón. El científico es un judío no practicante, fascinado por la espiritualidad hindú, que no tiene una esperanza de redención que traiga la absolución de su pecado. No hay penitencia alguna que le pueda traer el alivio del perdón. En este primer programa de dos de «Al Trasluz», sobre la vida de Oppenheimer, escuchamos escenas de la versión doblada de la película de Nolan y de uno de los mejores documentales sobre el científico (El destructor de mundos) con los comentarios de José de Segovia sobre la banda sonora original de Ludwig Göransson.


Publicado

en

por

Comentarios

Deja una respuesta