(Siglo XII a.J.C.) Jefté fue un juez de Israel, según la Biblia. Ocupó este cargo durante seis años y es recordado por su victoria sobre los amonitas. Los israelitas, tras haber vuelto a adorar a Baal y Astaroth, despertaron la ira de Dios, quien permitió que comenzara una guerra entre ellos y los filisteos y amonitas (Jue. 10:6-7). Jefté es mencionado en los capítulos 10 y 12 del Libro de los Jueces. Hijo ilegítimo de Galaad, nacido de una prostituta, fue expulsado de casa por los hijos legítimos de su padre cuando alcanzó la mayoría de edad.
Excluido de la vida civil y desheredado por sus medio hermanos, Jefté se trasladó a la región de Tob (según los manuscritos arameos, este lugar se llamaba Tauta). Allí se convirtió en jefe de una banda de beduinos, viviendo de proezas y asaltos. Su capacidad de liderazgo, sagacidad y ciertos rasgos generosos lo llevaron a ser considerado por los israelitas como un líder adecuado cuando fueron amenazados por los amonitas, sus vecinos del este.
Los ancianos de Galaad le ofrecieron el liderazgo en la guerra contra los amonitas, una oferta que Jefté inicialmente rechazó, a menos que, tras la victoria, le otorgaran una posición permanente de liderazgo. Ante la propuesta formal y la oportunidad de una nueva aventura, Jefté aceptó. Tras intentar negociar sin éxito con los amonitas, decidió actuar. En un impulso religioso, hizo un voto solemne: «Si venzo a los amonitas, la primera persona que salga de mi casa a recibirme victorioso será de Yahvé, y yo se la ofreceré en holocausto».
Tras la victoria, la primera persona que salió a recibirlo fue su única hija, lo que llevó a Jefté a un profundo pesar. A pesar de su dolor, no podía retractarse de su promesa. Su hija, en un acto de obediencia, aceptó su destino, pero pidió dos meses para llorar su virginidad junto con sus amigas en las montañas. Algunos, como Voltaire, ven en esta historia un vestigio de antiguos sacrificios judíos, mientras que otros creen que Jefté solo dedicó la vida de su hija al servicio de Dios, manteniéndola virgen.
Jefté es una figura que ejemplifica la fiabilidad de la palabra. Era una persona que hablaba con la intención de actuar y cumplía lo que prometía, aunque a un alto costo. En la mayoría de sus conflictos, su primer paso fue negociar, como lo hizo en la guerra contra los amonitas, aclarando los asuntos y permitiendo que la respuesta de su oponente determinara su siguiente acción.
Su voto, sin embargo, fue innecesario y apresurado. Aun así, Jefté se mantuvo fiel a su palabra, a pesar del dolor que le causó cumplirla. Esta historia nos invita a reflexionar sobre si nosotros cumplimos lo que prometemos y si somos personas de palabra, confiables y responsables, aun cuando el precio sea alto.
Puntos fuertes y logros:
- Mencionado en la Galería de la Fe de Hebreos 11.
- Controlado por el Espíritu de Dios.
- Brillante estratega militar que negociaba antes de pelear.
Debilidades y errores:
- Amargado por el trato que recibió de sus medio hermanos.
- Hizo un voto apresurado y necio que le resultó muy costoso.
Lección de su vida:
El trasfondo de una persona no impide que Dios actúe con poder en su vida.
Bibliografía: Wikipedia, la enciclopedia libre. La Biblia del Diario Vivir.