JOSÉ, ESPOSO DE MARIA

Dios le encomendó ser el padre adoptivo de Jesús y esposo de la Virgen María, un privilegio y una gran responsabilidad. Hay mucho que podemos aprender de la vida de José. Vamos a nombrar algunas de sus virtudes.
Dice la Biblia: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente”. (Mateo 1:18,19)

El matrimonio judío constaba de tres pasos. Primero, las dos familias se ponían de acuerdo en la unión.
Segundo, se daba a conocer públicamente. En ese momento la pareja estaba comprometida oficialmente. El noviazgo (llamado en el texto «desposorio») era considerado una unión que podía ser disuelta solo por la muerte o el divorcio (también por causa de fornicación). Tercero, la pareja se casaba y comenzaba a convivir. Al estar comprometidos María y José, la aparente infidelidad de María conllevaba un estigma social severo. De acuerdo a las leyes civiles judías, José tenía el derecho de divorciarse y las autoridades judías podían apedrear a María hasta darle muerte (Deuteronomio 22.23, 24).

Él era un hombre justo.
Una persona en quien se podía confiar.
Tenía amor y cuidado por la persona con quien se había desposado.

Su preocupación al saber que María estaba encinta. Lo demuestra cuando:
Quiso dejarla secretamente.
No quiso denunciarla. Porque si lo hacía iba a recibir la pena de muerte.
Con su decisión, anulaba el contrato de su desposorio sin decir por qué; y esto tenía consecuencias negativas para él.
Estaba dispuesto a soportar las críticas a su persona; esta es una característica del verdadero cristianismo.
Él no quería infamar a María.
Para él, importaba más lo que los demás pensaran mal de ella, que lo que pensaran mal de él.

Quizá José pensó que tenía solamente dos opciones: divorciarse de María silenciosamente o dejar que la apedrearan. Pero Dios tenía una tercera opción: que José se casara con ella (1.20–23). A José no se le ocurrió. Pero Dios, a menudo, nos muestra que tenemos más opciones de las que pensamos. A pesar de que parecía sensato que José rompiera el noviazgo, Dios lo llevó a tomar la mejor decisión. Cuando nuestras decisiones afectan la vida de otros, siempre debemos apelar a la sabiduría de Dios.

Herodes el Grande se sintió muy nervioso cuando los magos preguntaron acerca del rey recién nacido porque: (1) Herodes no era el heredero al trono de David, y muchos judíos lo odiaban por usurpador. Si Jesús era el verdadero heredero, habría problemas. (2) Herodes era cruel y, al tener muchos enemigos, vivía temiendo que alguno intentara derrocarlo. (3) Herodes no quería que los judíos, gente religiosa, se unieran alrededor de una figura religiosa. (4) Si aquellos magos eran descendientes de judíos y eran de Partia (la región más poderosa después de Roma), se alegraban del nacimiento de un rey judío que pudiera balancear el poder a expensas de Roma. Israel, que estaba lejos de Roma, podría ser presa fácil de una nación que intentara extender sus dominios.

Dice a Biblia: “Entonces Herodes llamó en secreto a los magos e indagó de ellos el tiempo de la aparición de la estrella. 8 Y enviándolos a Belén, les dijo:
—Id y averiguad con cuidado acerca del niño. Tan pronto le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore”.(Mateo 2:7,8 N.V.A.)
Herodes no quería adorar a Cristo, estaba mintiendo. Era una trampa para lograr que los magos regresaran y le revelaran los detalles del rey recién nacido. El plan de Herodes era darle muerte.

Después de encontrar a Jesús y adorarlo, los magos recibieron la advertencia de no regresar a Jerusalén como ellos intentaban. Encontrar a Jesús puede significar que su vida deba tomar una dirección diferente, obediente y abierta a la Palabra de Dios. (Mateo 2:12 )

Después de recibir la visita de los magos, viene el segundo sueño o visión que José recibió de Dios. Su primer sueño reveló que el hijo de María sería el Mesías (1.20, 21). Su segundo sueño le anunció cómo debería proteger la vida del niño. A pesar de que José no era su padre natural, era su padre legal y tenía la responsabilidad de protegerlo y buscar su bienestar. La dirección divina viene solo a corazones preparados. (Mateo 2:13-15). Desde su primera visión de Dios, José no se convirtió en una persona orgullosa, sino que permaneció receptivo, obedeciendo la dirección de Dios.

Herodes, rey de los judíos, dio muerte a todos los niños menores de dos años, con la idea obsesiva de matar a Jesús, el rey recién nacido. Se manchó las manos con sangre, pero no logró dañar a Jesús. Herodes era rey por mandato humano, Jesús lo era por mandato divino. Nadie puede alterar los planes de Dios.
La firmeza de lo que creemos se mide por el grado de disposición que tengamos para sufrir por dichas creencias. José era un hombre con creencias definidas. Estuvo dispuesto a hacer lo bueno sin importarle el dolor que le causara. Sin embargo, José tenía otra característica: no solo hacía lo bueno, sino que intentaba hacerlo como se debía.
Cuando María le habló acerca de su embarazo, José sabía que no era el padre. Como conocía bien a María, al explicarle ella lo sucedido y ver la actitud que tenía hacia la criatura que iba a nacer, debe haberle sido difícil pensar que su novia había hecho algo indebido. Sin embargo, alguien era el padre de la criatura y le era difícil aceptar que ese «alguien» fuera Dios.

José decidió terminar con su compromiso, pero estaba decidido a hacerlo de manera que no trajera afrenta a María. Intentó actuar con justicia y con amor. Pero Dios le envió un mensajero para confirmar lo que decía María y abrir un nuevo camino de obediencia para José: aceptar a María como su esposa. José obedeció a Dios, contrajo matrimonio con María y respetó su virginidad hasta que la criatura nació.

No sabemos por cuánto tiempo José vivió como padre terrenal de Jesús. Se le menciona por última vez cuando Jesús tenía doce años. Pero José enseñó a su hijo en el arte de la carpintería, se aseguró que tuviera una buena educación espiritual en Nazaret, y estuvo llevando a toda la familia en el viaje anual a Jerusalén para celebrar la Pascua, lo que Jesús continuó observando durante sus años de adulto.

José sabía que Jesús era una persona especial desde el momento en que oyó las palabras del ángel. Su creencia firme en ese hecho, y su apertura a las palabras de Dios, lo habilitaron para ser el padre terrenal de Jesús.
Puntos fuertes y logros:
• Hombre de integridad
• Descendiente del rey David
• Padre legal y terrenal de Jesús
• Sensible a la dirección de Dios y dispuesto a hacer la voluntad de Dios sin importarle las consecuencias
Lecciones de su vida:
• Dios premia la integridad
• La posición social tiene poca importancia cuando Dios elige usarnos
• Si somos obedientes a la dirección de Dios, Él nos guiará a una mayor obediencia
• Los sentimientos no son medidas adecuadas de las acciones buenas o malas .
Bibliografía: Biblia del diario vivir

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