La carrera cristiana es para todos aquellos que creen en Jesús, y no consiste en competir con los jugadores precisamente, sino en competir contra ti mismo, ya que llegar a la meta nos exige entrenarnos, tener paciencia, perseverancia y tener puesta la mirada en Jesús.
Escucha esta pequeña reflexión de John Stott en la voz de el Pr. Lucho.
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