LA GRAN BATALLA DE LOS ÁNGELES (2ª PARTE) PR. JOAQUÍN YEBRA

Para poder aproximarnos a este asunto tan desconocido por la mayoría de los creyentes tenemos que ir a las Sagradas Escrituras, concretamente a los capítulos 14 del libro de Isaías, y 28 de Ezequiel.

El profeta Ezequiel hace referencia directa a un “querubín grande y protector” que habitaba en el “monte santo de Dios”: Ezequiel 28:14: “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.”

Este personaje misterioso es descrito como el “sello de la perfección en todos sus caminos”, pero repentinamente se nos dice que aquello tuvo su fin cuando se puso en evidencia la maldad que moraba en lo más recóndito de su alma: Ezequiel 28:15: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste
creado, hasta que se halló en ti maldad.”

A continuación, el Señor revela al profeta Ezequiel el origen de esa maldad en el corazón de este querubín protector, cómo fue desarrollándose, y cuál será su fin: Ezequiel 28:16-19: “A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.

Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.

Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás; y para siempre dejarás de ser.” ¿A qué “contrataciones” se refiere este texto? El hebreo para “contratación” es la voz “Racal” (“resh”, “kaf”, “lámed”), cuyo significado es el de “contratación” como “mercadería”, “comercio”, y en sentido figurado “engaño”, relacionándose siempre con “astucia” para que un comerciante se enriquezca mediante el engaño y el fraude.

En definitiva, se trata de toda actividad que produzca un enriquecimiento y adquisición de poder sobre el fundamento de la injusticia. Lucifer, el maligno portador de la luz, fue un hábil “comerciante fraudulento y engañador”, ya que logró que la tercera parte de los ángeles “compraran” sus mentiras acerca de Dios y sus propósitos: Apocalipsis 12:3-4, 7-9: “También apareció otra señal en el cielo: He aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo (en clave apocalíptica las ‘estrellas’ suelen representar a los ‘ángeles’), y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese… Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” Lo mismo hizo el maligno con el hombre y la mujer en su estado de inocencia: Génesis 3:1-6: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que YHVH Dios (‘Elohim’) había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Con que Dios (‘Elohim’) os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios (‘Elohim’): No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios (‘Elohim’) que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios (‘Elohim’), sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” Génesis 5:1-5: “Este es el libro de las generaciones de Adam. El día en que creó Dios (‘Elohim’) al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó, y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adam, el día en que fueron creados. Y vivió Adam ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. Y fueron los días de Adam después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días que vivió Adam novecientos treinta años; y murió.”

FRAGMENTO DEL LIBRO, «LA GRAN BATALLA» ESCRITO POR EL PR. JOAQUÍN YEBRA. TOMADO CON PERMISO.


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